Después de la Segunda Guerra Mundial, empezaron a surgir organizaciones internacionales, como la ONU y la UE, y varias ONG en todo el mundo. El objetivo común era no volver a experimentar nunca más los temores de la guerra, unificarse y trabajar juntos para lograr una vida mejor para todos.
Padre Angelo Marcandella fundó IBO Italia. Quería replicar en Italia el ejemplo belga del Padre Werenfried van Straaten, quien en 1953 reunió a miles de jóvenes europeos y comenzó a reconstruir casas, escuelas e iglesias.
Así es como el primer campos de trabajo y solidaridad nació.
Para entonces, la Guerra Fría dividió dos coaliciones de estados opuestas y el símbolo de esta división se encuentra en el Muro de Berlín, que fue construido en 1961. Por otro lado, la segunda mitad de la década se caracterizó por las revoluciones pacíficas de los estudiantes y los movimientos de no violencia, porque la gente se dio cuenta de que el mundo podía ser un lugar mejor y, por lo tanto, pidió el fin de todos los conflictos y una cooperación más eficiente entre los países.
En 1968 IBO Italia se convirtió oficialmente en una Asociación de Voluntariado y un punto de referencia para las personas que querían hacer voluntariado en el extranjero. IBO comenzó a notar que las experiencias compartidas con todos los jóvenes de los otros países trajeron a un ambiente más pacífico y justo.
IBO Italia también apoyó el «servicio civil» como una alternativa al servicio militar obligatorio.
El mundo sigue dividido por la política y los escenarios de guerra. Otro signo de división fue la diferencia entre el llamado Primer, Segundo y Tercer Mundo, especialmente en términos de riqueza y desarrollo. Es, en efecto, el momento en que surgen las teorías del desarrollo y el Primer Mundo comienza a hacer algo contra el subdesarrollo.
IBO Italia fue reconocida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia como una organización no gubernamental de pleno derecho que podía operar en el campo del «desarrollo del Sur del mundo». En el mismo año, IBO Italia realiza su primer proyecto de cooperación internacional en el ex Zaire (República Democrática del Congo). Además, se fundó la «Federazione degli Organismi Cristiani Servizio Internazionale Volontario» (FOCSIV). Es una red de organizaciones de valores cristianos que cooperan en muchos proyectos.
En 1987, se aprobó el programa de movilidad estudiantil de la Unión Europea, Erasmus. Fue una iniciativa que, más que cualquier otra cosa, influyó en la sociedad, la cultura y la forma en que los jóvenes «se llevan bien».
Los años siguientes, caracterizados por la globalización y sus desafíos, condujeron a un mundo en el que se redujeron las distancias y las diferencias entre las personas.
En 1998 IBO Italia acogió al primer voluntario del SVE, pasando a formar parte del programa europeo ERASMUS, ahora ERASMUS+; una iniciativa que a lo largo de los años se ha enriquecido con nuevos proyectos y que ha visto un aumento en el número de voluntarios.
En 2001, después de Cognola di Trento, Pontenure (PC), Cesate (MI), Casalpusterlengo (LO), Cassana (FE), Ibo Italia trasladó su sede a Ferrara.
La primera década del 2000 se ha caracterizado por dos grandes crisis. En primer lugar, el 11 de septiembre de 2001 supuso un cambio extremo en la historia mundial y en el equilibrio internacional. En segundo lugar, el 15 de septiembre de 2008 el mundo experimentó una profunda crisis económica cuyos efectos siguen siendo visibles hoy en día. Por otra parte, las Naciones Unidas acababan de empezar a aplicar su nuevo programa de desarrollo: los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que son un símbolo importante de la cooperación entre los países.
En 2005, los primeros voluntarios del IBO salieron como Cascos Blancos, dentro del proyecto de servicio civil nacional en el extranjero. En 2012, IBO comenzó a apoyar a las comunidades afectadas por el terremoto en Emilia-Romaña y continuó apoyando a varias áreas afectadas por los terremotos siguientes, como por ejemplo, lo de la provicnia de Macerata en 2016. En 2015, se inauguró la sucursal de Parma.
Como hace 60 años, Europa parece encontrarse en una encrucijada ya que hombres, mujeres y niños se trasladan de nuevo al continente debido a la guerra y la pobreza.
El voluntariado es ahora parte integrante de la vida de muchas personas; el número de realidades comprometidas con la solidaridad internacional ha aumentado.
IBO Italia celebra sus 60 años.
Todavía hay muchos jóvenes (más de 5.000 en los últimos 10 años) que toman IBO Italia como referencia para ser voluntarios en los Campos de Trabajo y Solidaridad, el Servicio Civil, el Cuerpo Civil de Paz, o el Servicio Voluntario Europeo.
Las fronteras entre las naciones, si antes daban un sentido de identidad, ahora, más que nunca, corren el riesgo de convertirse en muros.
Hay tantos hombres y mujeres que viajan todos los días, que se enfrentan a todo tipo de adversidades, en busca de un lugar más seguro, deseando respeto y esperanza.
Para estas personas, cada lugar puede ser su hogar, dondequiera que se establezca el contacto, un puente puede ser construido y una barrera demolida.
Es a través de la cooperación internacional, así como del compromiso con el voluntariado, que es y será necesario trabajar cada vez más para lograr un mundo más justo.
En 2019, después de un año de trabajo, IBO inaugura la nueva y actual sede nacional en via Boschetto, Ferrara.
El deseo es que los nuevos espacios se conviertan no sólo en la sede de IBO Italia, sino en un punto de referencia para la ciudad y el barrio. Con alcance nacional e internacional.
En efecto, aún hoy, junto a los proyectos de voluntariado, no faltan proyectos de Cooperación Internacional (Rumania, Perú, Ecuador, Tanzania entre los países más implicados) y sobre todo formas innovadoras de participación local con actividades de educación, sensibilización e información con estudiantes y profesores, en todos los niveles de educacion.